miércoles, 25 de junio de 2008

En busca de una aproximación filosófica al Arte del desplazamiento y el Correr Libre. – Heidegger.



Lo único real que tenemos del Arte de desplazamiento es el trazador que crea trazos. El trazador es el origen del trazo y el trazo es el origen del trazador. Ninguno es sin el otro y ninguno de los dos es por sí solo el sostén del otro. El trazador y el trazo son cada uno en sí y en su recíproca relación, por virtud de un tercero, que es lo primordial, a saber, el Arte de desplazamiento, al cual el trazador y el trazo deben su nombre. Por medio del trazo, el trazador es lo que es y por medio del trazador, el trazo es lo que es; una relación que sólo es posible gracias al Arte de desplazamiento. Pues, tan necesariamente como el trazador es el origen del trazo de modo distinto a como éste lo es del trazador, tan ciertamente es el Arte de desplazamiento el origen, de modo aún distinto del trazador y sobre todo del trazo. Pero entonces, ¿dónde y cómo se origina el Arte de desplazamiento? El Arte de desplazamiento es tan sólo una terminología a la que no corresponde nada real. Pudiera ser una representación global en la que alojáramos lo único que es real en el Arte de desplazamiento: los trazos y los trazadores. Aun si el Arte de desplazamiento significara más que una representación global, lo mentado por la terminología Arte de desplazamiento sólo podría fundarse sobre la realidad de trazos y trazadores. ¿O la cosa es al contrario? ¿Hay trazo y trazador sólo en la medida en que el Arte de desplazamiento existe como su origen? Cualquiera que sea la solución, la pregunta sobre el origen del trazo se convierte en la pregunta sobre la esencia del Arte de desplazamiento.

Así mismo, como debe de quedar abierta la cuestión de si el Arte de desplazamiento es y cómo es en general, tratemos de encontrar su esencia donde el Arte de desplazamiento  indudablemente impera en su realidad: El Arte de desplazamiento está en el trazo. Pero, ¿qué es y cómo es un trazo? Lo que sea el Arte de desplazamiento debe poderse inferir del trazo. Lo que sea el trazo sólo podemos saberlo por la esencia del Arte de desplazamiento. Se observa fácilmente que nos movemos en un círculo.

Se piensa que puede derivarse lo que es el Arte de desplazamiento de los trazos existentes mediante una contemplación comparada de ellos. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que una tal contemplación se basa efectivamente en trazos, si no sabemos previamente lo que es Arte de desplazamiento? Así como no se puede alcanzar su esencia mediante un conjunto de características de trazos dados, tampoco se puede lograr deduciéndola de conceptos más altos; pues también esa deducción tiene ya, de antemano, en vista aquellas determinaciones que deben bastar para que lo que previamente consideramos como trazo, se presente como tal.

El centro del trazo no es ni el trazador, ni el espectador, sino el propio trazo hecho por un trazador. Si el Arte de desplazamiento es una fuente, lo es porque actúa como un manantial del que brotan los trazos existentes en contextos, dentro  de contextos, interminablemente.  Es decir, con referencia a un trazo, solamente a un trazo y nada más que al trazo, puedo entonces penetrar en la esencia del trazo, pero cada contexto confiere un significado diferente al trazo. Cambia el contexto, cambia el significado. Se podría decir que en el trazo nos habla el trazador, el trazo mismo, quien lo contempla y el mundo en toda su extensión.

* El análisis ontológico sobre el Arte de desplazamiento que aquí se presenta es simplemente una paráfrasis de ciertas partes de la obra del filósofo alemán Martín Heidegger: “Arte y poesía”. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, 2002. O sea, el texto que presento es simplemente una adaptación del análisis fenomenológico de las obras de arte que realizó Heidegger,  al discurso sobre el fenómeno del Arte del desplazamiento. Por lo tanto, más allá de pretender originalidad académica, literaria e intelectual, la intención de su publicación consiste en presentar un ejemplo escrito de lo que podría ser una aproximación fenomenológica al Arte de desplazamiento desde el punto de vista heideggeriano (literalmente).

 

 

Bibliografía:

Heidegger, Martín. Arte y poesía. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, 2002.

Imagen: www.google.com

 

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